Que es la vida…. La vida es todo, alegrías, tristezas, en fin un cumulo de pequeñas cosas que compartimos algunas veces y que otras nos guardamos. Hoy pienso en ella, porque la tengo y la disfruto, claro a veces también me pongo triste, a veces pienso que es tan efímera, es tan fácil perderla, pero ver a todos trabajando y luchando con ganas me reconforta y pienso que bien vale la pena vivirla, somos tantos los que luchamos para hacerle la vida mas feliz a otros. La vida no es solamente la de nosotros, seria egoísta pensar que solo nosotros tenemos vida, la vida también puede estar en ese pequeño felino que lucha por su presa, por su sobrevivencia y me mira de reojo como esperando un regaño porque lo he visto con un pequeño pájaro entre sus dientes. Es Ramses el gatito negro de Mariana, que suele cazar, junto a la mata de Guayaba. Es tarea fácil para el, ya que abundan los pájaros, sobre todo en las mañanas antes de que comience el ruido cotidiano de los carros y peatones. A las 5,30 am están todos ellos picoteando en mi mata de guayabas, y ya Ramses a esa hora se alista para tomar su desayuno. Hace un rato lo veía jugando con una de las plumas que habrá tomado de su presa. Parecía tan inocente, luego se me acerca y busca mimos, le doy un puntapié molesta por haberse comido los pajaritos que inocentemente revoloteaban por allí.
Carlitos y Angella adoran a Ramses y ambos se pelean por halarle de la cola, pero es que no lo han visto desayunando como lo veo yo, que bochorno, ya era tarde y no había caso tratar de quitarle su manjar de la boca.
Bueno dejemos a Ramses en su mundo gatuno y pasemos a echarle un vistazo a otras cosas, a las cosas que tengo y a las cosas que aun no tengo, el problema es que no se hacia donde mirar, si hacia el pasado o hacia el futuro. Nuestra mente es buena haciendo proyecciones, que imaginación tan excelente tenemos, pero de allí a concretar y logra metas la distancia es grande. Por ahora mi vida transcurre todas las mañanas observando a este pequeño felino disfrutando de mi casa y mi jardín, así me preparo para la jornada del día, ya he comulgado con la naturaleza y me dispongo a emprender el resto de la jornada en una torre de concreto en un octavo piso, esta vez no será escuchando el canto de pajaritos, sino el ruido ensordecedor de los teléfonos.
Hace algunos años hice turismo de aventura en la calle ¨J¨ del Playón, sitio vacacional del Estado Aragua, me gusta recordar mi estadía en la casita del Pintor, mi vecino. La historia más o menos comenzó a media mañana. Luego de conseguir prestada la casita y de tener las llaves conmigo, no dudé en tomar el taxi que me llevaría a la terminal de buses en Caña de Azúcar. Desde allí salen regularmente camioneticas y autos por puestos vía Ocumare, así que opté por la segunda opción y al cabo de una hora y media de camino ya estaba muy cerca de mi lugar de destino. Desembarcamos en la Plazoleta y cada quien tomó su rumbo, algunos pasajeros caminaron hacia las playas y yo tomé el sentido contrario hacia el cerro, buscando encontrar la calle J. Caminé y caminé hasta que por fin divisé el letrerito que me indicaba que ya estaba en el sitio, doble a la derecha por donde señalaba la flecha y camine hasta el final de la avenida. Me habían indicado que la casita era la última de esa avenida.
Por las indicaciones que llevaba, portón de rejas azules, pared alta, mata de mango y demás señas, sabía que ya había llegado a mi lugar de destino. Saqué las llaves del bolso y las fui probando, una de ellas abrió el viejo candado oxidado. Rodé la reja entré al jardín y volví a cerrar el candado. Caminé hacia el porche de entrada y allí estaba la puerta principal de la casita, de nuevo usé mi llavero y entré a la vivienda con cuidado, ya que se observaba que hacia mucho tiempo que nadie la visitaba.
Lo primero que hice fue constatar que la vivienda tenia luz, que suerte pensé para mis adentros, luego abrí las griferías y me encontré que no había ni una sola gota de agua, malo malo pensé, me habían dicho que probablemente la casita tendría problemas con el servicio de agua potable, pero que no me preocupara porque había una reserva de agua en el tanque subterráneo que estaba justo al lado de la mata de mango, así que me dirigí a verificar mi reserva de agua, quité la tapa del tanque con mucho cuidado y sorpresa, el tanque estaba casi completamente vacio, muy pero muy al fondo quedaba algo de agua, pero inaccesible para mi, ya que el tobo y la cuerda que utilizaban para sacar el agua no era lo suficientemente larga como para llenarlo. Ya eran casi las 5 de la tarde y el tiempo se puso nublado, va a llover, es mejor que me prepare para el aguacero que se avecina, entre de nuevo en la casa busque en las despensas y encontré una vela grande y una cajita de fósforos, bueno ya con esto resuelvo por si acaso se va la luz, me habían dicho que apenas llueve en la zona lo primero que se va es la luz. Como a los quince minutos comenzó el anunciado aguacero, acompañado de vientos y truenos. Decidí poner a llenar algunos tobos con agua de lluvia y por suerte logre llenar dos tobos grandes. Ya al menos podría dedicarme a limpiar el baño con el agua que había recogido. Mientras llovía decidí darme un buen baño bajo la lluvia, no había que desperdiciar la oportunidad y yo había llegado muy cansada y agotada por el largo viaje, así que un bañito bajo la lluvia no me venia nada mal. Después de todo eso preparé mi cena, opte por una latica de atún y dos rebanadas de pan dulce. La casa estaba completamente en silencio, pero yo no tenia medio. No era temporada vacacional y por lo tanto no tenia ningún vecino cerca que me molestara con el reggaetón o con la música de la Billo Caracas Boys. Me sentía como Robinson Crusoe en una isla desierta, con la diferencia de que yo no estaba en una isla, pero si estaba alejada de todo, la casita mas cerca que tenia las luces encendidas estaba como a dos cuadras de donde yo estaba, aquí la oscuridad era total, no había alumbrado publico en las calles, pero igual yo estaba decidida a pernoctar fuese como fuese y me dispuse a dormir. No tuve la precaución de llevarme un radio, pero por suerte conseguí en un armario un libro en inglés de un escritor que no conocía, y con ese material pase mi primera noche de lo que opté por llamar turismo de aventura en la calle J. Al día siguiente me despierta muy temprano una bandada de aves, no tenia idea de cuales eran, pero si vi que volaban en correcta formación. Decido a salir al jardín para apreciar mejor este concierto que en nada envidiaba a la magia de Dudamel. La mañana invitaba a disfrutar de la brisa mañanera, del rocío de los arboles, del canto de los canarios, arrendajos y turpiales y con todo este coro acompañándome me dispuse a caminar, dejé la casita y al paso de un caballo cansado logre llegar hasta el malecón de Ocumare. Aun era muy temprano, los que dormían en carpa aun no habían despertado, las señoras de arepitas dulces aun no habían llegado. Me senté en uno de esos bancos a contemplar como el sol cada vez se hacia mas brillante en el horizonte, el mar se mecía plácidamente, me quito los zapatos y me meto en la arena, toco el agua con mis manos, luego me dispongo a buscar piedras raras y caracolitos para mi pecera. En una botellita de plástico meto algunas de ellas, me sentía muy feliz con mi colección de piedritas y las guardo cuidadosamente en mi bolso. Ya el sol calentaba y decido regresar al malecón, empezaban a verse algunas personas caminando por allí, algunos hacían labores de limpieza y otros se alistaban para la faena. Espero pacientemente a que llegue la señora de las arepitas dulces, esa no podía fallarme, había caminado tanto por mis arepitas que no me iría a casa sin haber aunque sea probado una de esas que preparan con maíz y papelón. Después de haber saciado este inverosímil antojo me voy caminando hasta la casita de Misia Socorro, (que Dios la tenga en la Gloria por haberme prestado su casita durante tantos años) quería recorrer de nuevo el callejón de mi niñez, aquel que me llevaba a la playa donde solía hacer castillos de arena. El mismo callejón que tantas veces recorrí con mis hermanos en las vacaciones de Semana Santa. Al lado del callejón estaba la casita de los Berti y muy cerca la de los Díaz y la de los Zerpa. Dios que de recuerdos, la imagen de mis hermanas sentadas en las barandas, conversando de quien sabe que cosa, las voces de Virgilio y Cheche cuadrando para el sancocho, a Mama dando ordenes por aquí y por allá, las visitas que nunca faltaban, a Franco lo recuerdo como pez dentro del agua, ese nunca salía del agua. MARACAY, 05 NOV DEL 2009
La tolerancia es una virtud que favorece al hombre con respecto a su estado de ánimo, el hombre que controle su emotividad en todos sus aspectos tiene la virtud de poseer esa herramienta que se llama la tolerancia. La emotividad se manifiesta como susto, disgusto, tristeza, alegrías y cuando Ud. no le da tolerancia a todas esas cosas está proclive a que Dios se lo lleve por los cachos, todas esas cosas las tiene que poner a funcionar las 24 horas del día, La tolerancia es el ingrediente, todo lo que Ud. quiera endulzar necesita azúcar y se aplica a la vida diaria, no hay que tomarse las cosas amargas. Por principios morales no podemos ser tolerante a ciertas cosas, ya que de esa manera estamos contribuyendo a que se produzca un hecho punible, por ejemplo *robo* Ser tolerante no significa ser indulgente, Tolerancia es armonía, respeto y aceptación de las diversas y ricas culturas en nuestro mundo. La tolerancia es responsable del cumplimiento de los derechos humanos universales, mientras seamos tolerantes estamos contribuyendo a reemplazar la cultura de la guerra por la cultura de la Paz. Tenemos que aprender que todos somos iguales sin distingos de raza, credo o color. La tolerancia es la base fundamental de una vida llena de armonía en todos los aspectos. puppiol@hotmail.com
Venezolanos en Sydney Robero León Ancidey robertoleon1@gmail.com
Estoy cumpliendo un año en Sydney, todavía no tengo carro, pero ya tengo una casita donde vivir, el tener tu casa propia te ayuda psicológicamente y te da fuerzas para seguir echándole pichón. Es un apartamento en un suburbio llamado Hornsby, que queda en la costa norte de Sydney. Es un suburbio bien establecido con excelente infraestructura, a tres cuadras de la estación del tren, a dos de un centro comercial grande (tipo Sambil), escuelas, hospitales públicos y privados, es decir, tiene todo tipo de servicios. En este año he mejorado mi inglés, por otro lado las habilidades técnicas son las que me han ayudado a obtener y mantenerme en los trabajos, Sinceramente creo que en Venezuela, los profesionales en general, tenemos muchos mas conocimientos técnicos que los que tienen los profesionales aquí, sin embargo la capacidad de organización es increíblemente superior, son efectivos, no desperdician tiempo en reuniones largas, casi todo se orienta a resolver el problema e identificar la causa, sin tratar de buscar el o los culpables. He aprendido realmente el significado de la frase "diversidad cultural". Los venezolanos tenemos una gran mezcla de razas, pero no somos para nada culturalmente diversos, la gran mayoría tenemos las mismas creencias, nos gusta la misma comida, nos comportamos de forma similar. Aquí en cambio, todo el mundo es diferente y al parecer los australianos se sienten orgullosos de eso. Por ejemplo, en el trabajo hay personas que no pueden ser tocadas, mujeres que trabajan con velo, hombres con turbantes, judíos trabajan en equipo con musulmanes y cristianos, y otras cosas que no puedo describir que son totalmente diferente a lo que nosotros estamos acostumbrados. En mi opinión, esa heterogeneidad contribuye a la creatividad y la solución de problemas en forma efectiva, cada quien como individuo es incapaz de resolver un problema complejo, pero la unión de ese conjunto de diferentes visiones, produce soluciones altamente efectivas. También hemos logrado formar un buen grupo de amigos, no muy grande, pero bien chévere. Cuando llegamos queríamos conocer a todos los venezolanos que pudiéramos, pero con el tiempo, al igual que haces en Venezuela, empiezas a seleccionar realmente las personas con las que quieres compartir. Nada de extrañar, en Venezuela hay 25 millones de venezolanos y uno no es amigos de todos. Para que todo sea perfecto quisiéramos que nuestras familias y amigos estuvieran aquí, es realmente lo único que uno extraña de Venezuela, las familia y los panas. Bueno ni modo, no se puede tener todo en la vida. Si tienen alguna pregunta, comentario o cualquier cosa que decir, díganla, que de pana es fino cuando alguien nos escribe. Saludos a todos, se les extraña. Roberto.
Estando en casa de un amigo el fin de semana pasada me lleve un merecido regaño por haber dejado abierto el grifo del agua, recuerdo que me dijo… sabes cuantas personas no cuentan con el vital liquido y tu mal gastándolo. Sabias que es un recurso no renovable que hay que aprender a cuidar… Lo único que me queda es compartirlo con ustedes. El agua es un recurso no renovable ¡Tenemos que cuidarla! Solo el 1% del agua dulce es apta para el consumo humano El agua se evapora del suelo, del mar, de los ríos, lagos y lagunas, se condensa en las nubes y regresa en forma de lluvia y se recicla de forma natural. Brasil cuenta con el 12% del agua dulce del planeta, pero sufre graves problemas de distribución, ya que el 90% de las reservas está concentrada en el Amazona. El cambio climático en los últimos 40 años ha causado la pérdida del 20% de las superficies de los glaciares y del caudal del río Amazonas. Chile, Venezuela, Cuba y Costa Rica tienen los mejores índices de cobertura de agua potable. Costa Rica es una de las naciones con mayor cobertura de fluido, (99,4%,) sin embargo tiene el río más contaminado de Centroamérica, el Tárcoles, que recibe las aguas negras del Valle Central, donde habita más del 50% de la población. En Argentina la elevada contaminación de los ríos Matanza-Riachuelo afecta a unos 12 millones de bonaerenses. Para Maude Barlow, consejera de Agua en la Asamblea General de la ONU, ha llegado la hora de definir: "Si dejamos que el agua sea una mercancía mientras hay gente que muere por no tenerla, o si es un derecho humano, en cuyo caso no se podrá comercializar". Para concluir no olvidemos que la tierra es nuestro Hogar… no la destruyamos, nos toca cuidar y mantener limpio el aire, el suelo, las aguas, y la conservación de la flora y la fauna.
Gracias Mercedes Sosa, por tantas cosas, por Alfonsina, por Gracias a la Vida, Por las veladas donde tu no estabas pero estaba tu musa, entonadas en la bella voz de mi amigo Pedro Guillermo Hernández, que de tiempos, nunca faltaban tus canciones, gracias a ti tuve un norte en mi vida, gracias a ti me animé a tocar la guitarra, mi voz tal vez no era tan afinada pero igual yo me inspiraba y te imitaba. Ya no tengo mi guitarra, mi amigo Pedro paso a ser integrante de la Scholla Cantorun de Caracas, el me enseñó los primeros acordes. Si algún día me decido a cantar de nuevo lo primero que hare será darle Gracias a la Vida, quizás mi canto pueda seguir tu canto, solo se necesita corazón y entusiasmo.
Gracias A La Vida (fragmento)
Compositor: Violeta Parra
Gracias a la vida que me ha dado tanto Me ha dado la risa y me ha dado el llanto Así yo distingo dicha de quebranto Los dos materiales que forman mi canto Y el canto de ustedes que es el mismo canto Y el canto de todos que es mi propio canto
Estas sencillas palabras pronunciadas por un niño de apenas 6 años, alumno del 1er grado en la escuela Trino Celis Ríos, me hicieron reflexionar y me llenaron de vergüenza…. Yo también pertenezco aquí le dije, aunque trate de hacerlo cambiar de opinión con mis reflexiones, el pequeño Federico no se dejó convencer, escuchó con atención todas las maravillosas historias que le contaba de mis viajes por el norte y el resto del mundo, pero en el fondo sabia que el tenia razón. Cuantas veces me he avergonzado de las calles sucias y llenas de malandros de mi ciudad natal, cuantas veces me he avergonzado de ver a niños abandonados pidiendo por las calles, cuantas veces me he avergonzado de los muchachos que se esconden en la esquina de mi casa los fines de semana para consumir alcohol y drogas, pero yo pertenezco aquí, este es mi lugar, tal como me lo hizo saber este niñito. De nada me sirvió hablarle maravillas de los parques de diversiones de Disney World, de Peter Pan, Pinocho y el Castillo de la Bella Durmiente, de los muñecos que hacia con la nieve en Japón, de lo lindo que se veían las nubes desde arriba, de como los barcos parecían de juguetes balanceándose sobre las olas del mar, hasta me avergüenzo de las promesas que le hice, le prometí regalarle un cuento la próxima vez que lo visitara, a sabiendas de que difícilmente cumpliría con mi palabra. Al final tratando de arreglar las cosas terminé hablándole de mi país, y de la nieve sobre el Pico Bolívar, me preguntó donde quedaba eso, le dije aquí en Venezuela, en Mérida, salió corriendo y escuché que le decía a su mamá que lo llevara a jugar con la nieve en Mérida, regresó a mi lado y con su rostro entristecido me dijo yo no puedo ir allí, mamá no tiene dinero para llevarme.
Yo pertenezco aquí…, que puedo decir…. este es mi lugar, aquí me puso Dios y donde quiera que yo esté tengo que esforzarme por dar lo mejor de mí. Debo explotar mi potencial, sin soberbia, al contrario con humildad, aprendiendo a valorar lo que tengo, mi familia, mis amigos, aprendiendo que el tiempo pasa y las cosas que hoy disfruto quizás no volverán. Nos tocará recordar este presente sin importar si hemos viajado a Disney World, esas son quizás vanalidades, el punto no es juzgar, a todos se nos manifiesta el “este es mi lugar”, se trata de aprender a valorar lo que tenemos y que donde quiera que estemos nunca olvidemos que allí nos puso Dios, allí radica la felicidad.
Por estos días mucho se oye hablar de que en Venezuela se viven tiempos de revolución. La Revolución muy bien pudiera ser de tipo cultural, moral o científica, todas ellas nos vendrían muy pero muy bien. Pero hoy me voy a referir a una de esas tantas revoluciones que sacudieron nuestras raíces, me refiero a la revolución del 18 de octubre de 1945. Para ese día tan aciago mi hermano mayor apenas tenia 3 días de nacido. Cuenta mamá que ella y su bebe dormían cuando de pronto estallan los cristales del Hospital que para ese entonces estaba ubicado al frente de la Plaza Bolívar, de inmediato las enfermeras corren a socorrer a todas las parturientas y las colocan en el suelo, con la finalidad de protegerlas de las balas perdidas, nadie sabia que sucedía, los aviones sobrevolaban la plaza y disparaban hacia el Cuartel Bolívar, donde mi padre Cap. Abigail León y algunos soldados se encontraban atrincherados. Desde el aire disparaban a cuanta cabeza se asomara. El motivo de la Revolución era acabar con el gobierno del General Isaías Medina Angarita y lo lograron, este al ver que había perdido el apoyo decide rendirse. Ese día asesinaron al Gobernador del Estado Aragua, Anibal Paradisi, quien se encontraba a las puertas del Comando de la Guarnición, para ese entonces ubicado a dos cuadras de la Plaza Bolívar y a muchos civiles mas. Mi padre acababa de llegar de la Academia Militar de West Point en E.E.U.U. y sus amigos le ponen al tanto del movimiento subversivo que estaba montado, así que le dijeron o te cuadras con el movimiento o la orden que hay es de matar a todos los que no estén con nosotros. Mi padre decide fingir que esta con el proceso, le dice a su jefe, el General Cubillan, que le dé unos soldados y que el va a defender desde la Azotea del Cuartel, ha entendido perfectamente que si no lo hace es hombre muerto.
Ningún otro presidente venezolano ha podido repetir desde entonces las palabras que tradicionalmente dirigía Isaías Medina Angarita al Congreso, año tras año «...que por su causa no había en Venezuela ni un exiliado, ni un preso político, ni un partido disuelto, ni un periódico clausurado, ni una madre que derramara lágrimas por la detención o el exilio de un hijo...»
Saludos, espero que mis queridos lectores no la hayan pasado tan mal este fin de semana. Hoy les quiero hablar de los LUDOPATAS, hablando en criollo, de los adictos al juego. Tuve oportunidad de analizar el comportamiento de los amantes del juego, especialmente de los amantes de las máquinas para jugar en los casinos. Como cosa curiosa descubro que la adicción por el juego o quizás el amor por el dinero es mas fuerte que el deseo de preservar la vida, así como se los digo fue. En la sala de juego donde yo estaba este fin de semana sucedió lo que nunca me hubiese podido imaginar. Había yo recién llegado al casino, en seguida me apoderé de una de mis máquinas favoritas y comienzo a mover mis dedos, de repente, me detengo, un ruido raro y el movimiento del piso bajo mis pies me paralizó del miedo, miro al jugador que tengo mas cerca, un señor de unos 50 años, pelo canoso, seguramente un adicto al juego como yo, le digo … esta temblando, que hacemos… el señor me miró y me dijo Señora mejor cállese… luego me dijo que mala suerte la mía, justo cuando me estaba recuperando. Bueno comencé a mirar a mí alrededor y como por arte de magia casi todos los presentes abandonaron el local en estampida, por los parlantes el personal de seguridad llamaba a la calma. Yo seguía paralizada por el miedo y no me podía mover de donde estaba sentada. También pensaba.. que mala suerte la mía, después de llevar dos meses en cama por culpa de un virus, se me ocurre salir un rato y vaya que por poco no la cuento. Instintivamente buscando tranquilizarme comencé a mover mis dedos, buscando concentrarme de nuevo en el juego, subí la apuesta al máximo con la intención de que la máquina me dejara sin créditos lo mas rápido posible, al ver que se cumplió mi objetivo ya estaba mas tranquila, me dirijo al Barman le pido un refresco y le digo estas palabra, mi pana dame un refresco antes de que la vaina esta se termine de caer. El Barman me sonrió y me dió lo que le había pedido, entonces me detengo a escuchar las conversaciones entre el y el poco personal de seguridad que como yo quedaban en el local. Uno de los chicos le decía a otro, este techo es un Drywall, con un movimiento más y esto se nos viene encima. Dejé el refresco por la mitad, tome mi bolso y a pasos apresurados me fui del local, bajé por las escaleras mecánicas y observé que el estacionamiento estaba abarrotado, las colas para salir eran inmensamente largas, muchas personas estaban sentadas esperando no se que cosa, así que como no había forma de tomar un taxi me siento junto a un grupo de personas y todos hablaban de lo mismo. Como cosa curiosa casi todos ellos habían estado en el casino, cada uno tenia su historia, una señora me conto que salió corriendo, olvido su bolso y sus llaves, otro señor me comentaba que el se para de la silla y esta sale rodando y se da vueltas, otro me comentó y me hizo reír mucho que le había dado un golpe a la máquina y esta le había dado los juegos, y le da un segundo golpe y le da 25 juegos mas, que tenia en esa máquina como 500 Bs/f pero viendo que la cosa comenzaba a moverse mas fuerte, salió disparado y dejo su crédito allí. Realmente creo que tuve mucha suerte ese día.
Esta historia que les voy a contar se la escuché muchas veces a Tía Amparito. Por allá en 1920 a orillas del Rio Orinoco Abigail tenia su peculiar forma de comercializar los productos que adquiría. Luego de seleccionar todos ellos, procedía a montarlos en su burro, animal muy obediente que al golpe de dos palmadas salía disparado desde el Puerto de Blhom y llegaba derechito a su casa donde lo esperaban otros miembros de la familia para iniciar la descarga. De esta manera contribuía a muy temprana edad con el sustento de su familia. De la carga del burro no se desperdiciaba nada, los sacos luego eran utilizados para la confección de ropa de trabajo. Por aquellos años las oportunidades de estudios no eran muy abundantes y todo ello se agravaba si las familias eran de escasos recursos, Abigail decide alistarse en la Academia Militar de donde egresa con el grado de Sub-Teniente. . De más está decirle que Abigail era mi padre, cuando el fallece yo apenas contaba con un año de edad, de allí que siempre me gustaba escuchar a tía Amparito de las muchas anécdotas de la vida de papa, así fue como me enteré de su lindo burrito con el cual se desenvolvía en las tranquilas calles de Ciudad Bolívar, así también me enteré que a los 15 años era profesor en el único Liceo del Edo. Bolívar y posteriormente cuando obtiene su grado de Sub-teniente es enviado como instructor al Liceo Militar Jauregui, en la Grita, Edo. Táchira. Fue el estudiante mas adelantado de su promoción y el General Medina Angarita lo envía a cursar estudios en la Academia Militar de West Point en E.E.U.U. Cuando conoció a mamá había sido destacado a los Castillos de Guayana, en el Edo. Bolívar, pero eso no impidió que se casara con ella en menos de 3 meses. Papá nunca perdió su amor por el comercio, de allí que con el paso de los años llegó a tener varias cabezas de ganado, que pastaban suavemente en lo que hoy se conoce como parque de las Ballenas, pero en tiempos de papá se conocía como el Campo de Tiro. También tenia jaulas donde criaba pollitos, mamá cuenta que muchos de los animalitos se morían porque el no dominaba bien la temperatura que debían tener las incubadoras. En el cerro el Calvario, hoy zona militar, detrás de su vivienda, papa tenia varias cochineras, todavía se pueden observar las ruinas de estas construcciones bastante bien conservadas a pesar del paso de los años.
Hablar de Venezuela en positivo es la mejor forma de hacerle honor a la tierra que nos vio nacer, crecer como personas y dar lo mejor de nosotros cada día, es por ello que les dejo estas reflexiones con el deseo de que puedan servir para aliviar tensiones y olvidar los rencores. Bueno hay cosas que verdaderamente son muy difíciles de olvidar… que no quiero mencionar, pero todo lo demás puede ser olvidado y perdonado.
Quien no se habrá levantado todas las mañanas deseando un mejor futuro para sus hijos, quien no se habrá despertado asustado en medio de una tormenta, quien no habrá observado alguna vez a un mendigo, un niño descalzo, una madre con su bebe enfermo en brazos y para colmo de pie en destartalados buses abarrotados, quien no se habrá despertado viendo como el país se nos cae, quien no habrá soñado con ciudades libres, ciudadanos libres, niños libres, pueblos felices, quien no habrá observado un perro con hambre por las calles, muchos dirán, no es nuestro perro, no es nuestro hijo, no conocemos al mendigo, no viajamos en buses destartalados, no vivimos en la miseria, no nos afecta la tormenta, vivo en el confort muy lejos de todos ellos, y entonces como podemos pretender ser mejores ciudadanos si somos tan insensibles a lo que pasa a nuestro lado. En la medida que aprendamos a sentir amor por lo que nos rodea nuestro entorno cambiara, entonces el mendigo nos dará una sonrisa agradecido, el político hará un alto en su camino y yo les daré mi mejor sonrisa, les enseñare a dar amor y a vivir con dignidad. Puppiol@hotmail.com
Esta historia transcurre en los tranquilos patios de nuestro liceo ANDRES BELLO, por allá en el año de 1964 en un pueblo grande para esa época que se llamaba Maracay.
Allí conocí a Tony, quien como yo estaba feliz de haber quedado en el primer año sección ¨A ¨ y desde el primer día de clases solíamos coincidir en la misma fila cerca de la puerta de salida. Un total de 50 jóvenes ingresaron para el comienzo del curso, quedando solo 49 cuando fuimos promovidos al segundo.
Nuestra sede funcionaba en una casona de estilo colonial, ubicada frente a la Plaza Girardot, que en los años 20 era utilizada para la guarnición de militares y luego posteriormente la adaptaron para que funcionara allí nuestra institución.
Realmente es difícil recordar la fecha exacta en que perdimos a Tony, pero eso sucedió a finales de 1964. Muchos pensaran que 3 meses no son suficientes para llegar a querer y conocer a otra persona, pero a los 12 años se es fácil hacer amigos y el y yo nos hicimos buenos amigos, hacíamos los trabajos en equipos, si el llegaba primero a clases me guardaba un puesto y yo se lo guardaba a el si sucedía lo contrario.
De Tony recuerdo con emoción su generosidad. En una ocasión no pude regresar a casa después de clases debido a un enorme temporal que caía sobre la Ciudad. Me quedé recostada en una esquina del Liceo esperando que escampara y pensando seguro en mi casa me castigan por no llegar a tiempo. No tenía paraguas, ni mucho menos dinero para tomar un taxi, pero en ese momento se apareció mi amigo Tony y esperó conmigo que la tormenta amainara y de paso me pregunto que si quería ir con el al Comedor Escolar, le dije que yo no tenia tikect y el se saco dos de su bolsillo del pantalón y me dijo no importa yo tengo dos, te invito, no me quedó otra opción que decirle si. Cada día que pasaba crecía mas mi afecto por Tony. El día que pasaron la lista y el no contesto presente pensé que seguramente estaría con lechina o sarampión, una enfermedad que estaba contagiando a muchos alumnos de nuestro Liceo. Al final de ese día nos reunió de emergencia nuestra Profesora Guía para darnos la mala noticia. Tony murió en un accidente, fue atropellado por una gandola que no logro ver al muchacho que montaba en bicicleta, todos los compañeros de curso lo fuimos a despedir con flores. A pesar de los años su recuerdo se quedo gravado para siempre en mi corazón.
Gioconda Leon Puppio Ci: 3843065 puppiol@hotmail.com
El vuelo del orfeón universitario se fue a pique en las Azores un 3 de septiembre de 1976 hace casi 33 años y con el se fueron también las ilusiones de un joven aragüeño vecino de nuestra Urbanización. Su nombre Oswaldo, la canción que me hace recordarlo se llama Spanish Eyes. Cada integrante de ese Orfeón tenía su núcleo de amigos y compañeros. Oswaldo pertenecía a nuestro grupo, lo digo con orgullo. No se hacia rogar para agarrar su guitarra y entonar las canciones que se le pidieran, mi favorita era Spanish Eyes y aun recuerdo como si fuera ayer la última vez que la cantó. Esa noche estábamos reunidos en casa de la familia Suarez, era una noche linda y fresca como solían serlo casi todas en nuestro pequeño Barrio bohemio. Oswaldo se despedía de su grupo y especialmente de su novia pues al día siguiente viajaría a Caracas para emprender su último viaje sin retorno, se dirigían a las Islas Canarias donde habían sido invitados a participar en un festival de Grupos Corales. Cuentan que los jóvenes y su director Vinicio Adames entonaron el Himno Nacional antes de estrellarse. Una de estas partituras fue a parar a las manos del padre Francisco Dolores. 68 personas perdieron la vida ese día.
Les voy a hablar de Chuao, hermoso pueblo costero del Estado Aragua, frente al Mar Caribe.Es muy visitado por turistas de todo el planeta queencuentran en el esa magia y ese encanto de sus descendientes afro-americano que nunca olvidaran.
Llegar a Chuao no es tan fácil, ya que no existecarretera,su único acceso es por vía marítima y yo lo hice partiendo del malecón de Choroni.A las 6,00 amme subí a un peñero repleto de pasajeros, entre ellos había una muchacha de unos 13 o 14 años con un bebe recién nacido, si ella se sube y no tiene miedo pues yo tampoco pensé para mis adentros y me decidí a subir a la cosa esa, algo oxidada y despintada.Luego observe que llevábamos demasiados pasajeros y que el bote no tenía salvavidas para todos.Allí comencé a preocuparme,perotrataba de mantenerme tranquila, me habían dicho que el recorrido por Alta Mar no tardaría más de 15 minutos.No habrían pasado más de5 minutos de recorridos cuandose apaga el motor de la embarcación y quedamos a la deriva.Allí comencéa montar en el bote a todos los Santos que conozco para no ser victima del pánico.Me atreví a levantar la cabeza y vi que la muchacha le dabapecho a su bebe plácidamente y sin ningún miedo. Los pasajeros me dijeron para tranquilizarme que el motor se había recalentado, peroal enfriarsedespués de unos 20 minutos seguiríamos el viaje sin problemas.Pasaron los 20minutos más largos de mi vida y el choferintentabaencenderel bote halando de una cuerda,nada, la cosa esa no arrancaba y yo cada vez me sentía mas desesperada.A todas estasa nuestro alrededor pasabany pasabanotros botes repletos que se detenían a preguntar si teníamos algún problema y nuestro chofer les decía que no, que estaba esperando que su motor se enfriara.Terminamos haciendo transbordo en alta mar, uno a uno fuimos brincando a un lanchón mas grande, quesi estaba dotado de salvavidas y tenia un quita sol de colores. Así fue logramos partir y efectivamente a los 10 minutos ya se divisaban lasinmensas playas oceánicas deChuao.Desembarcamos como pudimos yyo pregunté como hacia para llegar al pueblito de CHUAO que era el motivo de mi viaje,medijeron que subierapor un camino y al finalestaba la parada del Bus.Bueno eso hice, cargue con mi bolso yme fui hasta la parada del Bus,donde yaalgunas personasse agrupaban para hacer el viaje.Mi mayor sorpresa fue quenuestroBus no era tal cosa,era sencillamente un remolque para transportar ganado y tirado por un viejo tractor.Como me dijeron que no había ninguna otra opcióncomo pude me subí a la cosa esa yempezamosel recorrido que esta vez me habían dicho que seriancomo máximo30 minutos.De nuevo no habrían transcurridos unos5 minutos de viajecuandose pinchauncaucho del Tractor y el chofer nos dijo… señores pasajeros hastaaquí los trajo el Río.Todos entendimos que debíamos seguir el recorrido por nuestros propios medios, es decir un rato a pie y otro caminando.Asílo hicimos,preguntecuanto faltabapara llegar al Pueblito y me dijeron que desde allí caminando rápido como una hora.Menos mal que llevaba mis zapatos nuevos especiales para caminar y suficiente agua en el bolso por si decidía echarme a descansar.Aunque parezca mentiraesa hora caminandopor un camino de tierra que tenia a un ladolindos riachuelos, enormes cacaoterosy una vegetación tupida quehacia que las ramas se entrelazaranme pareció la cosa mas linda que hubiera visto nunca.Ni que lo hubiera planeado habría salido tan bienese caminata.Al fin hice mi entrada triunfal al Pueblito de Chuao, mi primera paradafue por supuesto en la plaza que esta frente a una Iglesia que data de la Colonia.De inmediato observe quesolo habrían a lo sumo 3 calles largas con casitas bien cuidadas y recién pintadas,me dispuse a buscar un lugar parapernoctar yme indicaron un caminoque me llevaría a minueva posada.Allí renté una habitación y al fin después dedos largos días de camino pude descansar.
Hoyme levante pensando en mi viaje del Domingo a Boca de Mangle,vale la penallegarse de vez en cuando hasta este hermoso pueblitoescondido en el Mar Caribe.Algunos no saben que le veo yo de lindo a este pueblo, cuando me lo preguntan yo enseguida pienso en tantas cosas que los habitantes de allá tienen en abundancia y que los del centrono tenemos,incluso los pobres de Mangle son mas felices que los pobres que habitan en los Cerros de Caracas sin ir tan lejos, fíjenseen Mangle haymuchas calles anchas, llenas de polvo y huecos de verdad,por allí no circulan carros ni motos, ni siquieraviejas bicicletas,solo alcance a ver algunas mulas viejas, uno que otro caballo y algunos perroscallejeros,también vicasitas con sus cercas de alambres de púas,carcomidas por el salitre,las matas que sembró mi cuñada,la perrita enferma de Pablo,las gallinas cacarandeo y escondiendo su huevos,desde donde yo estabamirando hacia donde se oculta el sol seadivinaba queestaba el inmenso y bello mar Caribe, era solo cosas de minutoscaminando llegar hasta la orilla,pero la tardecaía y debíamos emprender viaje de regreso a Caracas.
En ese pueblolo que mas me gusto es que no había ninguna casita que dijera Misión Mama adentro, ni MisiónBolas pa dentro, ni nada de eso,si vi algunas casitas que decían se venden eladitosy otra que decíasi ayarepas.
Lo que mas me gusta de Mangle por supuesto es la casita de mi hermano Virgilio,llegar hasta allí y poder sentarme en el piso de cemento techado de laminas de asbestos y con ganas de darme una buena siesta, extrañando la hamaca quesiempre colgabaen los grandes corredores,mihermano no estaba, ni tampoco las hamacas,el que tenia las llaves y cuidaba había rentado la casita, vivezade nuestros criollos,no le dije nada,si conocí a los furtivos inquilinos que regresaban de la playa,les desee una feliz estadía yme despedí de todos ellos, conla alegría de haber disfrutadode la briza suave, del polvo del camino,de las bostas de los caballos,del ruido lejanodel mar,del cafecito que me obsequioPablo y en finde mi 4 x 4que me llevo hasta allá en menos que canta un gallo, los dejocon estas líneas y será hasta la próxima,connuevas impresiones de mi bello PUEBLITO DE MANGLE.
Estamos en la Costa de Oro,hermoso pueblo del Estado Aragua, frente al Mar Caribe.Algunos no saben que le veo yo de lindo a este pueblo, cuando me lo preguntan yo enseguida pienso no solamenteen playas,todo lo contrariome transportoa ese paraje escondido y poco conocido para los turistas que con frecuencia visitan la región.Me refieroal Rio Ocumare,entrando por una de las veredas que colindan conel cerro se llegaa las lindas y hermosas riberas de este paraíso terrenal. Aquí los reflejos del sol y lo tupido de la vegetaciónhacen que el visitante se sienta en completa armonía con la naturaleza salvaje.Y no es para menos,estesitioesta al pie de una montaña conocida como Parque Nacional Henry Pittier, de allí quela vegetaciónaquítiene una bellezadifícil de igualar en algún otro rincón de nuestra tierra.
Para llegar a la Costa de Oroprimero hay querecorreruna carretera que data de la época del generalísimo Juan Vicente Gómez, bordeada porenormes y profundos precipicios.En esta época del añose observanbellas quebradas a lo largo de toda lavía, dondelos visitantesse detienen un rato a descansar, otros a pasar la tarde en buena compañía.Les recomiendo subir un día de semana que no sea feriado, preferiblemente unlunes o martes a media mañana.Deténganse en la vía,disfruten del agua helada de la quebrada,de la neblina quebaja por los alrededores de la Estación de Rancho Grande, ahora cerrada al público.De esa estación puedo recordar que cuando era niñanos deteníamos a visitarel museo donde teníanmuchos animales disecados y bien conservados.Yo especialmente recuerdouna colección de mariposas que estaba colocada en una vitrina central muy cerca de la puerta de acceso al museo.Como todo niña curiosa hacia mis recorridos por losjardines y a lo lejos divisé una construcción en ruinas,mama me explicó que se tratabade un Edificio que había sido comenzado a construir para servir de albergue a los turistas, peroquefue detenida la Obra ya que dañaríael ECOSISTEMA.