viernes, 28 de agosto de 2009

cuentos2009

CHUAO COMO LO VEO YO

Gioconda Leon Puppio

Ci: 3843065

puppiol@hotmail.com

Les voy a hablar de Chuao, hermoso pueblo costero del Estado Aragua, frente al Mar Caribe. Es muy visitado por turistas de todo el planeta que encuentran en el esa magia y ese encanto de sus descendientes afro-americano que nunca olvidaran.

Llegar a Chuao no es tan fácil, ya que no existe carretera, su único acceso es por vía marítima y yo lo hice partiendo del malecón de Choroni. A las 6,00 am me subí a un peñero repleto de pasajeros, entre ellos había una muchacha de unos 13 o 14 años con un bebe recién nacido, si ella se sube y no tiene miedo pues yo tampoco pensé para mis adentros y me decidí a subir a la cosa esa, algo oxidada y despintada. Luego observe que llevábamos demasiados pasajeros y que el bote no tenía salvavidas para todos. Allí comencé a preocuparme, pero trataba de mantenerme tranquila, me habían dicho que el recorrido por Alta Mar no tardaría más de 15 minutos. No habrían pasado más de 5 minutos de recorridos cuando se apaga el motor de la embarcación y quedamos a la deriva. Allí comencé a montar en el bote a todos los Santos que conozco para no ser victima del pánico. Me atreví a levantar la cabeza y vi que la muchacha le daba pecho a su bebe plácidamente y sin ningún miedo. Los pasajeros me dijeron para tranquilizarme que el motor se había recalentado, pero al enfriarse después de unos 20 minutos seguiríamos el viaje sin problemas. Pasaron los 20 minutos más largos de mi vida y el chofer intentaba encender el bote halando de una cuerda, nada, la cosa esa no arrancaba y yo cada vez me sentía mas desesperada. A todas estas a nuestro alrededor pasaban y pasaban otros botes repletos que se detenían a preguntar si teníamos algún problema y nuestro chofer les decía que no, que estaba esperando que su motor se enfriara. Terminamos haciendo transbordo en alta mar, uno a uno fuimos brincando a un lanchón mas grande, que si estaba dotado de salvavidas y tenia un quita sol de colores. Así fue logramos partir y efectivamente a los 10 minutos ya se divisaban las inmensas playas oceánicas de Chuao. Desembarcamos como pudimos y yo pregunté como hacia para llegar al pueblito de CHUAO que era el motivo de mi viaje, me dijeron que subiera por un camino y al final estaba la parada del Bus. Bueno eso hice, cargue con mi bolso y me fui hasta la parada del Bus, donde ya algunas personas se agrupaban para hacer el viaje. Mi mayor sorpresa fue que nuestro Bus no era tal cosa, era sencillamente un remolque para transportar ganado y tirado por un viejo tractor. Como me dijeron que no había ninguna otra opción como pude me subí a la cosa esa y empezamos el recorrido que esta vez me habían dicho que serian como máximo 30 minutos. De nuevo no habrían transcurridos unos 5 minutos de viaje cuando se pincha un caucho del Tractor y el chofer nos dijo… señores pasajeros hasta aquí los trajo el Río. Todos entendimos que debíamos seguir el recorrido por nuestros propios medios, es decir un rato a pie y otro caminando. Así lo hicimos, pregunte cuanto faltaba para llegar al Pueblito y me dijeron que desde allí caminando rápido como una hora. Menos mal que llevaba mis zapatos nuevos especiales para caminar y suficiente agua en el bolso por si decidía echarme a descansar. Aunque parezca mentira esa hora caminando por un camino de tierra que tenia a un lado lindos riachuelos, enormes cacaoteros y una vegetación tupida que hacia que las ramas se entrelazaran me pareció la cosa mas linda que hubiera visto nunca. Ni que lo hubiera planeado habría salido tan bien ese caminata. Al fin hice mi entrada triunfal al Pueblito de Chuao, mi primera parada fue por supuesto en la plaza que esta frente a una Iglesia que data de la Colonia. De inmediato observe que solo habrían a lo sumo 3 calles largas con casitas bien cuidadas y recién pintadas, me dispuse a buscar un lugar para pernoctar y me indicaron un camino que me llevaría a mi nueva posada. Allí renté una habitación y al fin después de dos largos días de camino pude descansar.

AGOSTO 27, 2009


MANGLE COMO LO VEO YO

Gioconda Leon Puppio

Ci: 3843065

puppiol@hotmail.com

Hoy me levante pensando en mi viaje del Domingo a Boca de Mangle, vale la pena llegarse de vez en cuando hasta este hermoso pueblito escondido en el Mar Caribe. Algunos no saben que le veo yo de lindo a este pueblo, cuando me lo preguntan yo enseguida pienso en tantas cosas que los habitantes de allá tienen en abundancia y que los del centro no tenemos, incluso los pobres de Mangle son mas felices que los pobres que habitan en los Cerros de Caracas sin ir tan lejos, fíjense en Mangle hay muchas calles anchas, llenas de polvo y huecos de verdad, por allí no circulan carros ni motos, ni siquiera viejas bicicletas, solo alcance a ver algunas mulas viejas, uno que otro caballo y algunos perros callejeros, también vi casitas con sus cercas de alambres de púas, carcomidas por el salitre, las matas que sembró mi cuñada, la perrita enferma de Pablo, las gallinas cacarandeo y escondiendo su huevos, desde donde yo estaba mirando hacia donde se oculta el sol se adivinaba que estaba el inmenso y bello mar Caribe, era solo cosas de minutos caminando llegar hasta la orilla, pero la tarde caía y debíamos emprender viaje de regreso a Caracas.

En ese pueblo lo que mas me gusto es que no había ninguna casita que dijera Misión Mama adentro, ni Misión Bolas pa dentro, ni nada de eso, si vi algunas casitas que decían se venden eladitos y otra que decía si ay arepas.

Lo que mas me gusta de Mangle por supuesto es la casita de mi hermano Virgilio, llegar hasta allí y poder sentarme en el piso de cemento techado de laminas de asbestos y con ganas de darme una buena siesta, extrañando la hamaca que siempre colgaba en los grandes corredores, mi hermano no estaba, ni tampoco las hamacas, el que tenia las llaves y cuidaba había rentado la casita, viveza de nuestros criollos, no le dije nada, si conocí a los furtivos inquilinos que regresaban de la playa, les desee una feliz estadía y me despedí de todos ellos, con la alegría de haber disfrutado de la briza suave, del polvo del camino, de las bostas de los caballos, del ruido lejano del mar, del cafecito que me obsequio Pablo y en fin de mi 4 x 4 que me llevo hasta allá en menos que canta un gallo, los dejo con estas líneas y será hasta la próxima, con nuevas impresiones de mi bello PUEBLITO DE MANGLE.

AGOSTO 16, 2009



COSTA DE ORO COMO LA VEO YO

Gioconda Leon Puppio

Ci: 3843065

puppiol@hotmail.com

Estamos en la Costa de Oro, hermoso pueblo del Estado Aragua, frente al Mar Caribe. Algunos no saben que le veo yo de lindo a este pueblo, cuando me lo preguntan yo enseguida pienso no solamente en playas, todo lo contrario me transporto a ese paraje escondido y poco conocido para los turistas que con frecuencia visitan la región. Me refiero al Rio Ocumare, entrando por una de las veredas que colindan con el cerro se llega a las lindas y hermosas riberas de este paraíso terrenal. Aquí los reflejos del sol y lo tupido de la vegetación hacen que el visitante se sienta en completa armonía con la naturaleza salvaje. Y no es para menos, este sitio esta al pie de una montaña conocida como Parque Nacional Henry Pittier, de allí que la vegetación aquí tiene una belleza difícil de igualar en algún otro rincón de nuestra tierra.

Para llegar a la Costa de Oro primero hay que recorrer una carretera que data de la época del generalísimo Juan Vicente Gómez, bordeada por enormes y profundos precipicios. En esta época del año se observan bellas quebradas a lo largo de toda la vía, donde los visitantes se detienen un rato a descansar, otros a pasar la tarde en buena compañía. Les recomiendo subir un día de semana que no sea feriado, preferiblemente un lunes o martes a media mañana. Deténganse en la vía, disfruten del agua helada de la quebrada, de la neblina que baja por los alrededores de la Estación de Rancho Grande, ahora cerrada al público. De esa estación puedo recordar que cuando era niña nos deteníamos a visitar el museo donde tenían muchos animales disecados y bien conservados. Yo especialmente recuerdo una colección de mariposas que estaba colocada en una vitrina central muy cerca de la puerta de acceso al museo. Como todo niña curiosa hacia mis recorridos por los jardines y a lo lejos divisé una construcción en ruinas, mama me explicó que se trataba de un Edificio que había sido comenzado a construir para servir de albergue a los turistas, pero que fue detenida la Obra ya que dañaría el ECOSISTEMA.

AGOSTO 26, 2009





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