jueves, 1 de octubre de 2009

Yo pertenezco aquí

Gioconda León Puppio
C.I.V- 3843065
Puppiol@hotmail.com





Estas sencillas palabras pronunciadas por un niño de apenas 6 años, alumno del 1er grado en la escuela Trino Celis Ríos, me hicieron reflexionar y me llenaron de vergüenza…. Yo también pertenezco aquí le dije, aunque trate de hacerlo cambiar de opinión con mis reflexiones, el pequeño Federico no se dejó convencer, escuchó con atención todas las maravillosas historias que le contaba de mis viajes por el norte y el resto del mundo, pero en el fondo sabia que el tenia razón. Cuantas veces me he avergonzado de las calles sucias y llenas de malandros de mi ciudad natal, cuantas veces me he avergonzado de ver a niños abandonados pidiendo por las calles, cuantas veces me he avergonzado de los muchachos que se esconden en la esquina de mi casa los fines de semana para consumir alcohol y drogas, pero yo pertenezco aquí, este es mi lugar, tal como me lo hizo saber este niñito. De nada me sirvió hablarle maravillas de los parques de diversiones de Disney World, de Peter Pan, Pinocho y el Castillo de la Bella Durmiente, de los muñecos que hacia con la nieve en Japón, de lo lindo que se veían las nubes desde arriba, de como los barcos parecían de juguetes balanceándose sobre las olas del mar, hasta me avergüenzo de las promesas que le hice, le prometí regalarle un cuento la próxima vez que lo visitara, a sabiendas de que difícilmente cumpliría con mi palabra. Al final tratando de arreglar las cosas terminé hablándole de mi país, y de la nieve sobre el Pico Bolívar, me preguntó donde quedaba eso, le dije aquí en Venezuela, en Mérida, salió corriendo y escuché que le decía a su mamá que lo llevara a jugar con la nieve en Mérida, regresó a mi lado y con su rostro entristecido me dijo yo no puedo ir allí, mamá no tiene dinero para llevarme.

Yo pertenezco aquí…, que puedo decir…. este es mi lugar, aquí me puso Dios y donde quiera que yo esté tengo que esforzarme por dar lo mejor de mí. Debo explotar mi potencial, sin soberbia, al contrario con humildad, aprendiendo a valorar lo que tengo, mi familia, mis amigos, aprendiendo que el tiempo pasa y las cosas que hoy disfruto quizás no volverán. Nos tocará recordar este presente sin importar si hemos viajado a Disney World, esas son quizás vanalidades, el punto no es juzgar, a todos se nos manifiesta el “este es mi lugar”, se trata de aprender a valorar lo que tenemos y que donde quiera que estemos nunca olvidemos que allí nos puso Dios, allí radica la felicidad.


Maracay, 02 de octubre del 2009

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